A falta de ver los últimos dos capítulos de la temporada, los primeros parecen ir contra los videojuegos y la gamificación de la sociedad. ¿Esconde este hecho algún trauma? ¿Se suma a la moda favorita de los millenials para ganarse sus apoyos? ¿Le pegaban a Charlie Brooker en los recreativos?
Comienza esta historia con una escena que me recuerda a Tron. Un coche se acerca al primer plano y de él desciende un clon de Corin Nemec, el protagonista de Parker Lewis. La típica patito feo que así de primeras parece un krako pero que cuando se arregla se las come a pares, se detiene frente a un escaparate en el que se alinean teles de tubo con Max Headroom en pantalla. Entra en un pub en el que suena una canción de las ¿Bangles? El vestuario de la gente que pulula por el local no deja lugar a dudas: estamos en los 80. ¿O no? Conociendo esta serie desde hace dos días imagino que todo será producto de la mente de una chica en coma desde hace 80 años o una simulación desarrollada por un extraterrestre que encontró una cinta de Boy George en una expedición a la Tierra en busca de vida inteligente.
Tras jugar una partida al Bubble Bobble y rechazar a un nerd que piensa que hablar de videojuegos es la puerta de entrada a la vagina de una chica, una joven negra se sienta junto a ella y la usa como excusa para librarse de un nuevo romántico que quiere algo más que sexo con ella. Cuando se han librado del pesado, Latoya la saca a bailar, obviamente para dejarla en ridículo, porque nadie puede bailar como un negro y en comparación cualquiera sale siempre perdiendo. O eso o, como se demuestra después, se la quiere follar. Pero Patito Feo es muy mojigata y se niega a ir a su casa.
Como en cualquier producto audiovisual ochentero, no puede falta la típica escena de "entrenamiento" con banda sonora de la época, en este caso Patito Feo se va probando distintos modelitos confirmando lo que ya decíamos, que está muy buena aunque lo intente ocultar. Pese a todo, con la ropa que menos la favorece va a buscar a Latoya al local y ¡sexo lésbico! además interracial, que mola más. Como en toda producción anglosajona, la acción se corta en lo mejor y pasamos a una metafórica escena con las olas del mar rompiendo en la orilla. Me sorprende ver que todo esto que he contado ocupa la mitad del episodio... En un mundo post-tabaco, en lugar de fumar el pitillo de después, Latoya y Patito hablan de sus cosas. O igual es una costumbre que tienen las mujeres tras hacer el amor. Nunca lo sabremos. Así, nos enteramos que Latoya estuvo casada y que Patito cree haber sido desflorada por ella. A saber lo que le habrá metido en la elipsis. Y por elipsis no me refiero a su ano.
Una semana después, Patito va a buscar a Latoya al club pero no está. La envían entonces al Quagmire, un antro que haría parecer al infierno un parque de recreo. Homenaje a Blade Runner con la chica con la serpiente blanca. Creo que hay un doble de Bowie, un par de miembros de The Cure, amantes del BDSM y el pesado que se enamoró de Latoya, que le dice que prueba a buscarla en otra época. WTF?
Distintos saltos temporales, los 70, los 90 y siempre los videojuegos presentes, su evolución. Latoya no aparece. Nuestra protagonista llega a los 2000 y la encuentra jugando al Dance Dance Revolution con el nerd del principio. Grave problema que tiene Latoya, todo el que se acuesta con ella se queda pillado. Tras una gran bronca, Latoya golpea el espejo, este se rompe pero se vuelve a arreglar solo. Otro misterio de Black Mirror: ¿cómo puede ser tan eficiente un cristalero?
Patito sube al tejado y Latoya le sigue. Por su conversación creo que se trata de algo de realidad virtual. El tiempo lo dirá. Conversación sentimental típica: solo quería jugar, siento haber roto tu corazón... No cuela. Lo he probado muchas veces. Ah, pero ellas terminan follando de nuevo... ¡Y esta vez fuman! pero hablan también. Qué costumbres más raras. Vale amplío mi apuesta: realidad virtual para desahuciados médicos, conectando su cerebro a la máquina o subiendo a sus servidores sus recuerdos y personalidad. Ahora se entiende todo.
Pero no entiendo el capítulo. No es más que exponer una idea sin ninguna historia de empaque. Qué vacío todo.
Saltamos a la "realidad" y aparece Latoya, vieja como ella sola. Espero que no haya sexo esta vez. O al menos que no lo muestren. Va a un hospital y Patito está entubada así que creo que no. Sí, ahora no la besas en la boca, ¿eh? Si es que son todas iguales. What? Aparece Greg, el prometido de Patito, que se casará con ella para hacer una buena acción. Y, sí, todo trata de subir la mente de la gente a una "nube". Wow y llegamos al momento ciencia ficción del episodio: matrimonio homosexual en los USA. Se casa con Latoya al final. Pero espera, queda un cuarto de hora de metraje y ya está todo vendido. ¿Qué nos espera? Ya os lo digo yo: le divorce, pero tras una oda al amor verdadero más allá de que te pique lo que te pique y a no quedarse en esa realidad de plástico y neón que es San Junipero.
Latoya se va en coche y se intenta matar estrellándose contra un poste porque... vete a saber. Estará loca. Minutos finales de Latoya muriendo al raso mientras le da la fresca. Pero le debe de dar muy fuerte porque cambia de opinión y se va a vivir con Patito. Y final a lo Indiana Jones en busca del arca perdida.
Inexactitudes históricas:
. Mujeres jugando videojuegos en los 80. No me hagas reir.
. Fuman en los 2000 y no en los 80. Debería ser al contrario.
Amigos, la banda sonora de este capítulo es muy tópica, ha sonado más de mil trillones de veces, pero demuestra, una vez más, que la música murió en los 90 ahogada en los rizos grunge de Kurt Cobain, emborrachada y drogada por Courtney Love. Poco más queda por comentar de este capítulo. Sin haber visto las dos primeras temporadas, que todos ponen por las nubes, puedo entender que los seguidores de la serie consideren a esta tercera la más floja, aunque para mí no está mal. Tengo curiosidad por ver si la gente está equivocada, como casi siempre, o no. Es una digna heredera de Cuentos Asombrosos o La dimensión desconocida. No le pido más.
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