Nassar se ha tomado unas hierbas y la ha diñado envenenado. Para que luego digan de la carne roja. Desconcierto y mucho movimiento en la base militar donde se le detenía pero nada de investigar a los presentes o los soldados que hayan podido estar en contacto con él. Eso sería muy fácil y además destrozaría el guión, como se verá más adelante.
La acción, es un decir, se centra en un salón de la Casa Blanca, donde Jack Bauer va a despedir a un par de atletas y su entrenador, ninguno negro, curiosamente, que se dirigen a Moscú para unos campeonatos de Atletismo que no le importan a nadie, pero como hay que desviar la atención pública de los asuntos importantes, pues se le da carrete a este tipo de actos. Bueno, eso y que el entrenador del equipo de atletismo será el protagonista de la trama semanal.
Más tarde, MacLeish, el Congresista Milagro, comparte anécdotas maritales con el Presidente y su MILF. Según cuenta, su mujer le eligió a él porque el que le gustaba no estaba interesado en ella. Vamos, que iba a ser un polvo de venganza y se lió la cosa. De ahí el odio del congresista hacia el sistema que hizo que no pudiera aspirar a algo más que el descarte de su compañero de piso, al que le olían los pies.
Enterado el presidente del asesinato del principal sospechoso del ataque terrorista, manda llamar al director del FBI a su despacho para que le informe de las novedades que pueda tener. Este está dispuesto a contarlo todo sobre el congresista, pero palidece, y mira que es difícil porque es negro, cuando ve que en el despacho oval está también el tipo al que va a acusar de conspiración y terrorismo. Claro, engaña al presidente porque... a ver, que pruebas sólidas no tiene, pero con lo que sabe ya, digo yo que podría comentárselo y que Kirkman decida. Pero, de nuevo, no quieren destrozar el guión, como se verá más adelante. Al final se marcha sin decirle nada, así que se lo cargarán pronto en algún accidente de coche o con un trozo de pollo frito en mal estado, que deja menos sospechas.
Continuando con la historia de relleno semanal, el Entrenador Drogas es detenido nada más aterrizar en la capital rusa por posesión de anabolizantes o estupefacientes, lo que quiera que se metan los deportistas hoy día. Qué típico de las antiguas películas de la guerra fría, ¿verdad?
De nuevo saltamos a la investigación del FBI sobre Catalan, y, ¡ya tardaba! Lo asocian a extremistas españoles, que me da que no les gustaría ser considerados así, pero poco más. Nada serio de lo que tirar y por ello nos cuentan ahora que Bauer ya sabía que Leo, el supuesto hijo mayor, puede que no fuera suyo. Y sin embargo el tío ahí siguió con la relación con la MILF. No le puedo culpar porque la mujer está muy bien pero... Más adelante sale el ex novio que podría ser el verdadero padre, que por cierto está en la trena. Y vale que todos tenemos errores en nuestro pasado, personas que pensábamos que nos complementaban y nos hacían mejor persona hasta que te enterabas de que solo te querían para que les hicieras de chófer y por el sexo salvaje y desenfrenado, pero lo de esta mujer no tiene nombre y no es creíble. ¿Cómo se pasa de un macarra como el ex a un trozo de pan como Kirkman? Pues queriendo encalomarle el crío a alguien decente y subiéndose al primer tren que pasa por tu estación. Así que, sin test de paternidad que lo avale, me juego un brazo a que el niño no es del Presidente.
Mientras, continúan los esfuerzos por sacar de la cárcel al Entrenador, que resulta ser ¡un espía de la CIA! Un espía que llevaba esteroides a Rusia en la maleta... algo raro debe de haber. En cualquier caso, esto en mis tiempos se arreglaba de madrugada en un puente abandonado de un país centroeuropeo bajo una fina lluvia.
Sexy FBI acude a un conocido que tiene en la CIA, ¡pelirrojo! Si es que esta mujer solo se relaciona con gente rara. Le pregunta por Catalan, pero como no puede ser menos, el espía le dice que se aleje del asunto.
En la Casa Blanca, Kirkman se reune con el embajador ruso, que resulta ser un chulo prepotente. Lejos quedan los días de Dobrynin. En compensación por liberar al Drogas, quiere que los USA retiren todas sus armas nucleares de Turquía, algo que en la vida real ya se está encargando Erdogan que hagan de tapadillo los americanos.
MacLeish va a ver al director del FBI para ahorrarle trabajo con su investigación oficial para poder ser nominado a Vicepresidente y este juega muy mal sus cartas. Va a terminar muerto, y ya lo siento porque me cae bien el personaje. Además, ya hay un negro de baja y este es el único que queda. ¡Pero sonríele, hombre! No le hagas ver que sospechas de él. ¡Que es un tío relacionado con quien se ha cargado a todo el gobierno! Pero si lo hiciera, pues se rompería el guión en mil pedazos.
A la trama de la MILF no le voy a prestar atención. Lo siento por si a alguien le interesa de quién sea el hijo, pero esto no es "Los ricos también lloran". Al menos hay que agradecer que no saquen a los niños.
Vale, no van a ir a por el director del FBI, van a por su familia. Le han secuestrado al chiquillo al salir de clase. Apuesto por "la mano negra".
Y de nuevo la técnica de saltear, esta vez las conversaciones con los embajadores ruso y saudí a propósito de los espías, que se demuestra una trama muy floja. Entre esta y la de la MILF... dos de tres. No se puede decir que este capítulo sea de los mejores.
¿Pues no va y resulta que el Entrenador era un agente doble? Y a mí no puede importarme menos. Al menos siembra ahí la desconfianza con los rusos, que espero que germine en un futuro con una tercera guerra mundial o algo, y, al mirar atrás, con las nubes radiactivas flotando sobre las principales ciudades americanas, podamos mirar atrás y decir: con el Drogas empezó todo. Me da que no será así.
El pakistanií ex redactor de discursos le dice a la periodista que no publique lo del hijo putativo de Kirkman a cambio de la exclusiva de lo del Entrenador, pero es absurdo porque el supuesto padre puede hablar con cualquier otro periodista. Imagino que solo querían utilizar esta trama para rellenar un par de episodios y ya.
Y en fin, yo de la Sexy FBI no usaría mi coche más, pero bueno, allí le han dejado los papeles de Catalan junto con una foto suya, y ahora entiendo por qué no se investiga a la que gente que pululaba por la base como pedro por su casa: Catalan era uno de los soldados que estaban en la escena del crimen de Nassar.
El capítulo termina con el chantaje al director del FBI que ha demostrado muy poca profesionalidad en lo que llevamos de serie, porque, claro eso destrozaría el guión, como se ha visto.
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