Contacta con nosotros en : veranodeldescontento@gmail.com

Sully


Si hasta ahora pensaba que los grandes seres malignos de la tercera edad de los hombres eran los bancos, tras ver Sully, descubro que quizá su mano derecha sean las aseguradoras. Al fin y al cabo mucha de estas forman parte de un conglomerado bancario. Mi ignorancia sobre su malevolencia viene de la fortuna de no haber tenido que tratar con ninguna hasta el momento de escribir estas líneas, aunque historias oídas frente a la chimenea de polvorientas posadas junto a peligrosos caminos ya me había precavido sobre la inconveniencia de acercarme a una de estas agencias del diablo.

Resulta que un señor piloto con los huevos pelados de volar aviones de todo tipo, desde biplanos a cazas supersónicos, se encuentra en uno de sus múltiples despegues a los mandos de un 747, con que una bandada de patos destroza los dos únicos motores con los que cuenta el aparato. Tamaña circunstancia no se había dado nunca. Y es que, como bien dice Sully, las cosas no pasan hasta que pasan. Igual no fue así exactamente pero es lo que yo entendí. 

No tiene potencia para remontar el vuelo ni para dirigirse a otro de los aeropuertos cercanos, así que, como tiene el Río Hudson justo enfrente, decide jugarse el todo por el todo y aterrizar allí, o mejor dicho, amerizar. Y lo consigue. Y salva a decenas de personas de una muerte atroz envuelta en llamas. Y entonces llegan los de la comisión de investigaciones junto a los del seguro, no recuerdo muy bien ahora, pero es gente que le quiere echar la culpa al piloto de que se haya hundido en el agua un avión de muchos millones de dólares, que al final es lo que le jode a los directivos de las grandes compañías: perder dinero. La gente es reemplazable, basta con abrir la puerta a unos cuantos de refugiados y ya tenemos ahí el reemplazo generacional. A ver, que yo entiendo que haya que estudiar si al piloto le dio un siroco e hizo una locura, pero para algo está la opinión del copiloto, que para algo está más que para ligarse a la jefa de las azafatas.

La película trata sobre este proceso de tratar de dilucidar qué pasó durante el accidente, con rememoración de los hechos incluida, y si Sully tuvo la oportunidad de dirigirse hacia otro aeropuerto en lugar de arriesgar la vida de los pasajeros, además de mostrar el estrés postraumático que sufrió el piloto tras una experiencia así, de la cual de seguro no es fácil recuperarse.

Nos encontramos con una historia muy sencilla en la que al final se descubre que nuestro héroe tenía razón y que hay que incluir siempre el factor humano en todos los actos en los que estos están implicados. Sobre las actuaciones, destacar el poblado mostacho del copiloto, que se come la pantalla cuando aparece, y a Tom Hanks, que nunca dejará de ser él mismo ni aunque interprete a una piedra. De seguro este papel le valdrá un Oscar.

Para finalizar, he de destacar una tendencia que he visto en varias películas en los últimos tiempos, y es la de incluir una o varias escenas impactantes o espectaculares, como queriendo justificar la necesidad de que la gente vaya al cine a verla, pues esta es de las que se disfrutan igual en tu casa que en una sala. En esta ocasión tenemos a un avión estrellándose sobre un edificio de Nueva York, un acto que curiosamente no ha creado ninguna crítica por hacer recordar al 11S. Quizá el pueblo americano ha pasado página de tan lamentables sucesos. O quizá es que nadie fue al cine a ver la película.
Comparte este artículo :

Publicar un comentario

 
Support : Creating Website | Johny Template | Mas Template
Copyright © 2011. La cultura.. ¡Qué locura! - All Rights Reserved
Template Created by Creating Website Published by Mas Template
Proudly powered by Blogger