Ebrios patanes seguidores del Rubius... se que cualquier cosa que escriba que no sea una loa al trabajo de Rubén Doblas padecerá la ira de sus fans, que por algo son fans y no personas criticas, pero no me queda más remedio que hacerlo.
Da la casualidad de que por ser medianamente pobre, tengo el Movistar plus más básico, también porque la tele no la veo, eso es cosa de antiguos y seguidores de vegeta777, así que cuando se anunció que se estrenaría la primera parte de Virtual Hero la puse de inmediato antes de que haya que aflojar la pasta para poder verla. Ya me pasó con El joven Sheldon, aunque tampoco es que lo lamente demasiado.
Me causaba curiosidad, más que la serie en sí, todo lo que rodea al youtuber con más audiencia de habla hispana. Alguna vez he visto algún vídeo suyo y no me ha llamado nada la atención, quizá porque ya me pilla mayor y he visto a demasiada gente hacer el canelo para atraer la atención del grupo como para que uno más me sorprenda. Lo que sí que me atrae es todo el fenómeno a su alrededor, la fama, el dinero, las groupies dispuestas a darle su flor y los proyectos, más o menos serios, que surgen a su alrededor.
Solo se emitieron los primeros seis capítulos de la primera temporada. ¿Por qué? Mi teoría es que quieren ver el alcance en el tiempo que tiene la serie, que creo que ha sido tirando a nulo, luego estrenar la segunda parte ahora en diciembre creo, y decirles a los pobres surcoreanos que tendrán que seguir haciendo pastiches de Naruto si quieren seguir comiendo porque lo de Virtual Hero se ha acabado. No he leído muchas críticas fuera del círculo de Rubius, donde imagino que habrán corrido ríos de tintas o de gifs animados, lo cual determina que no ha tenido el éxito esperado. Recordemos que Virtual Hero es una serie para una cadena de televisión de pago que aspira a que la gente más allá de los adolescentes que se encierran en su habitación a ver a un congénere hacer lo mismo, pague por su servicio. El que no haya críticas, ni buenas ni malas, indica que ha pasado desapercibida. Será tarea de los ejecutivos de Movistar comprobar el retorno de la inversión.
Y se podría decir que el desempeño del anime, que no es tal sino una imitación del estilo nipón, ha venido lastrado por prejuicios pero no, es que es no hay por dónde cogerla. Es mala como un gameplay de Salvador Raya (y, sí, estoy poniendo los nombres de todos los youtubers que conozco por aquello de las visitas).
Lo de empezar in media res cansa, mucho. Es algo que solo ocurre los 4 primeros episodios, hasta que alguien le dijo que ya estaba bien con la broma. Es un recurso visto en mil y un sitios y que cuando parece derivar en algo más o menos original, con intros que nada tienen que ver con el resto del episodio, se lo cargan.
Otra queja que tengo no es algo propio de la serie de Rubius sino de la animación en general de los últimos años, mas orientada a producir capitulos como churros al menor coste posible. Antes también era así pero no tenían ordenadores que facilitaran la tarea y por ello veíamos los escenarios art deco difuminados en David el gnomo, por ejemplo, mil veces mas bellos en su aparente sencillez de lo que te puedes encontrar en las Supernenas o Dragon Ball Super.
Para comentar algo de la historia, El Rubius recibe unas misteriosas gafas de realidad virtual que no duda en probar. Se introduce en los mundos virtuales de no me acuerdo qué, descubriendo que no puede salir de allí porque ha sido virtualmente secuestrado por Troll Mask, que yo apuesto porque es Willy Rex. El caso es que dichos mundos carecen de vida, apenas unos personajes que no opaquen el virtuosismo de Rubius. No queda muy claro quienes son los demás jugadores y quienes los NPC. En uno de los mundos de miedo, aparece una zombi de la que me cuesta saber si esconde una persona real tras ella o no. Los mencionados mundos no tienen una coherencia interna, unas reglas explicadas al espectador para dar verosimilitud a lo que está viendo. Un buen detalle es que la espada de Rubius va cambiando según el mundo en que se encuentre. Seguro que eso se le ocurrió a Alexby11.
En definitiva, es una historia infantil con toques sexuales, lo que reafirma la infantilidad de sus premisas: aparece un pene gigante, referencias al hentai con tentáculos... se hace raro ver el lenguaje callejero en un producto audiovisual, con sus propios códigos y lenguajes. Es el mundo Youtube trasladado a las artes, un peligroso camino que espero que no se recorra.
Continuando con los clichés, el gag recurrente durante estos episodios es la muerte de Kenny... digo de Mangel, que aparece porque tiene que aparecer, como reconocían en el documental "De Rubén a el Rubius", un publirreportaje disfrazado de documental que emitieron algunas semanas antes de la serie. Además, encontraremos un batiburrillo de referencias y personajes de Minecraft, Fallout, Skyrim, Slenderman y demás productos que han ayudado al youtuber a llegar a donde está hoy, por encima del Rey. Sin contar autoreferencias como la de los "limones 4k", que para aquel ajeno al Mundo Rubius, no le dirán absolutamente nada.
Los únicos que salen ganando de toda esta empresa son los de Mago de Oz, que habrán cobrado sus buenos royalties por la canción de inicio. Ellos y los dibujantes surcoreanos que han podido comer caliente durante un par de trimestres.
Otra cuestión ampliamente comentada es la del doblaje. El del Rubius me parece correcto, al fin y al cabo otra voz sonaría más rara que la del original, que ya es decir, pero lo de Mangel no tiene nombre, habiéndose quejado algunos amigos del cono sur de que no se le entiende nada. Normal, yo soy de su pueblo y tampoco le entiendo. Lo que sí que tengo que objetar es la calidad de sonido, mucho mejor cuando hablan los profesionales, y al nivel del micro de unos cascos comprados a los chinos cuando hablan los youtubers.
En definitiva, un producto apto para sus fans y ya. No tiene emoción, ni humor, por mucho que la juventú piense que lo que hace el Rubius es para partirse el nabo. No. Y que no me venga nadie a decir que siempre ha habido diferencia entre jóvenes y adultos en cuanto a lo de la risa. El humor siempre ha tenido un marco de referencia, normalmente la realidad, y el ámbito intelectual específicamente cuando se trata del "humor inteligente", pero lo del Rubius no tiene base ninguna más allá de que se rían porque el líder se ría. Podríamos decir que Rubius es el Kim Jong Un occidental. ¡Juche! ¡Juche! ¡Juche!
Publicar un comentario