Este documental producido por los Obama peca de recurrir demasiado a imágenes que no aportan información y cuya única función es estética, algo común en los tiempos posmodernos. Es demasiado largo, tiene pasajes interesantes pero cuando se acerca el final se enfoca en la lucha por parte de los trabajadores para conseguir un sindicato en Dayton, Ohio, algo que poco puede interesar al público no americano.
La General Motors ha cerrado su fábrica en medio de la mayor crisis económica desde la Gran depresión, dejando a 10 000 personas en la calle. Algunos años después, una empresa china dedicada a fabricar lunas de coches compra la planta y emplean a parte de los trabajadores. Lo que en principio es motivo de alegría, pues por fin tienen un trabajo tras años de desempleo, se tornó en una amarga desilusión al comprobar que los chinos quieren que trabajen como idems cosa que, spoiler, raya el esclavismo, con turnos de trabajo de 12 horas y solo uno o dos días de descanso al mes, como se puede ver en la visita que los encargados de la planta americana hacen a su matriz oriental. Allí comprueban que los chinos, más que personas, son robots lobotomizados por la compañía y parecen más soldados que trabajadores.
El documental se puede resumir en "americanos quejándose de los chinos y chinos riéndose de los americanos" aunque no llega al nivel visto en Empire of Dust con los africanos; hubiera venido bien un Carlo Kalombe local.
Este documental se deja ver aunque con media hora menos sería más dinámico. Cuando acabó me quedó una duda: ahora financia o produce documentales sobre las condiciones de trabajo, pero cuando fue Presidente, ¿por qué Obama no hizo nada al respecto? Hubiera ganado mucho ver su opinión personal o las razones que le motivaron a no hacer nada, o si hizo algo, el qué.
La General Motors ha cerrado su fábrica en medio de la mayor crisis económica desde la Gran depresión, dejando a 10 000 personas en la calle. Algunos años después, una empresa china dedicada a fabricar lunas de coches compra la planta y emplean a parte de los trabajadores. Lo que en principio es motivo de alegría, pues por fin tienen un trabajo tras años de desempleo, se tornó en una amarga desilusión al comprobar que los chinos quieren que trabajen como idems cosa que, spoiler, raya el esclavismo, con turnos de trabajo de 12 horas y solo uno o dos días de descanso al mes, como se puede ver en la visita que los encargados de la planta americana hacen a su matriz oriental. Allí comprueban que los chinos, más que personas, son robots lobotomizados por la compañía y parecen más soldados que trabajadores.
El documental se puede resumir en "americanos quejándose de los chinos y chinos riéndose de los americanos" aunque no llega al nivel visto en Empire of Dust con los africanos; hubiera venido bien un Carlo Kalombe local.
Este documental se deja ver aunque con media hora menos sería más dinámico. Cuando acabó me quedó una duda: ahora financia o produce documentales sobre las condiciones de trabajo, pero cuando fue Presidente, ¿por qué Obama no hizo nada al respecto? Hubiera ganado mucho ver su opinión personal o las razones que le motivaron a no hacer nada, o si hizo algo, el qué.
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