El caso es que sea por sus dotes actorales o bien por el pelucón que se gasta, La Roca está irreconocible en el pellejo de Hércules, hijo de Zeus, en una historia mil veces contada y al mismo tiempo original, pues la leyenda del semidiós heleno sirve en este filme como cuentos de asustaviejas de un aventurero que comparte con él detalles de su vida personal, despojándolo de las connotaciones mitológicas, al menos en un principio. Así, la Hidra de Lerma no es una serpiente inmortal sino un grupo de bandidos disfrazados de serpientes. Además, no solo le acompaña Iolaus, pues se rodea de un séquito de mercenarios que le ayudan a ganarse la vida. Algo así como los BlackWater de la antigüedad.
Un día, reciben el encargo de un rey para enfrentarse a un caudillo cualquiera y la verdad es que en ese momento se vuelve un poco aburrida la película, porque en su mayor parte es una peplum moderno que funcionaria igual con otro personaje. Aventuras hay pocas, siendo eminentemente una película de acción con escenas de entrenamiento incluidas pero, lamentablemente, sin AOR.
Sin embargo, la historia tiene su punto pues aunque nos hacen arrugar la nariz ante determinadas cuestiones, ¿un rey que tiene un ejército que no sabe luchar? ¿Dónde se ha visto?, se trata de un giro de la trama que crea un momento "ahá" que reflota la película un poquito, lo justo para no apagar la tele a media hora del final.
En conclusión, una película entretenida que si se hubiera llamado "Los 7 magníficos de la Hélade" no hubiera creado unas expectativas que luego no cumple. Se acerca más a la serie de Hércules de Kevin Sorbo que a los títulos clásicos sobre el héroe.
Puntuación: 2 rizos de Iolaus sobre 5
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