Le doy al Play en el reproductor de la web de RTVE y la canción de la intro es inconfundible. La tenía grabada a fuego en la mente aunque no recordaba absolutamente nada de qué iba la serie. Ha sido una noticia en la conocida web Meneame, la que la ha traído al presente, y una mañana tranquila la que ha permitido que vuelva a visionar, aunque sea, el primer episodio.
Lo primero que me llama la atención es que en los créditos iniciales se puede leer "Con la amistosa participación de Imanol Arias y Ana Obregón", lo que imagino que significa que o bien no cobraron o los demás montaron un pollo de impresión durante el rodaje.
Inicia la historia con la imagen de un andén. La España pre-AVE tenía unos trenes horribles. Un momento, me suena esa estación... ¡¡¡Chamartín está igual que hace 25 años!!! ¡Tócate los huevos! ¿Donde ha ido a parar el dinero de las obras publicas de la capital? ¿Solo tenían suelto para cambiar el panel de información?
Antonio Banderas vuelve de Alemania tras trabajar cinco años allí. ¡¿Y para que vuelves?! ¡¡Que te vas a comer la crisis del 93!! Que ya tienes el b1 de alemán, ¡¡que allí tienes un futuro!! En fin, menos mal que luego le fueron las cosas mejor y se fue a los USA. En el interludio aprovechó bien las clases de interpretación, porque madre de dios... parece sacado de los suplentes de una obra de teatro infantil y del que hace de árbol.
Como en El Fugitivo, le creen culpable del apuñalamiento de la chica que estaba con él en la cafetería, y no se le ocurre mejor cosa que hacer que correr dejando atrás todos sus efectos personales. Una cosa es segura, en Alemania no ha olvidado la torpeza de los FCSE en aquella época, compensada por la falta de interés por resolver nada en cuanto tienen un chivo expiatorio.
En uno de los más brillantes planes de fuga que se recuerdan en la historia de lo audiovisual, decide alquilar una casa para que la policía no le encuentre. Y nada menos que se lo alquila a Carmen Maura, que, como es lógico, se lo quiere trincar ya desde el minuto 1, pese a que está casada (como si eso importara, vamos). Por ello le invita a cenar, aunque su ánimo se derrumba cuando el malagueño le confiesa que vuelve a su pueblo para casarse. Pero vamos a ver, ¿qué estamos, en la India? ¿Ya le habían concertado el matrimonio cuando era un zagal? ¿Es que no le han abierto la mente en Alemania? ¿Acaso mantenía una relación epistolar? ¿Se puede casar alguien con una persona de la que solo conoce si escribe los puntos de las íes con corazones? En su vocación de servicio público, el equipo de "La cultura... ¡qué locura!" os da el siguiente consejo: ¡No dejéis un buen trabajo por amor y menos si es en la Volkswagen, que con trienios y demás podréis jubilaros en España como un marajá!
Y por cierto, ahora que caigo, ¿si se va al pueblo para qué alquila una casa? Para que luego os quejéis de los agujeros de guión de Batman vs Superman. En cualquier caso, han pasado 8 minutos y ya está más que claro que estos dos van a terminar follando. La tensión sexual se palpa en el ambiente.
Al día siguiente, la cara de Antonio está ya en las portadas de los principales periódicos y la Maura le ve. Imagináos la sorpresa cuando este aparece en su puerta para decirle que se va y que a ver si le puede dar el dinero que le adelantó. Al final no va a ser tan tonto el hombre, de no ser por dejar su equipaje en la escena de un crimen y salir huyendo. Voy por el minuto 10 y a ver cómo resuelve eso, aunque lo de follar lo llevan ya adelantado, Maura está tumbada en un sofá. Lo que no saben es que dios está al quite y envía a un par de testigos de Jehová con acento americauno, que confunde más, para cortarles el rollo. Pero nada puede detener a una mujer de follarse al tío que desea y por ello Maura decide ocultar a Antonio de las autoridades y convertirlo en su esclavo sexual. Para ello le envía unas señales tan potentes que poco le falta a Batman para atravesar la ventana y acudir a la llamada.
Viendo series antiguas me pregunto si los diseñadores no nacerían todos a partir de los 80, porque vaya horterada de diseños había en cualquier objeto en que te fijaras, desde los coches hasta el cabecero de la cama, todo era un horror estético.
Llega el minuto 18 y ¡al fin follan! Si es que estaba cantado. Y ya desde entonces solo paran los fines de semanas en los que el marido de Maura no trabaja, lo cual aprovecha Antonio para leer y posteriormente escribir una novela pues el aburrimiento es muy malo y las pajas están sobrevaloradas.
Cosa rara, la policía termina deteniendo al verdadero asesino (mira por donde huir fue un acierto. Retiro mis burlas) y Carmen Maura lo ve por la tele. En un primer momento sale corriendo para darle la buena noticia a su amante pero, claro, ¿quién renuncia a poder follarse a Antonio Banderas? Yo no lo haría, desde luego.
Cuando llegamos al ecuador del episodio, la historia de infidelidad no da para más. El director, consciente de ello, da un giro a la trama y mete a ¡Juan Luis Galiardo vistiendo de moderno! que además hace una perfecta radiografía de la maltrecha, ya por entonces, industria literaria y la dificultad para publicar algo, posibilidad que aumenta exponencialmente si te tiras al editor. Por eso jamás publicaré nada. Nadie quiere follar conmigo. Pero no solo se queda ahí la cosa, sino que la Maura usurpa la identidad de nuestro Antonio y se apropia del éxito de su novela. ¡Vaya pájara! Y mientras mi paisano trabajando como un negro, engañado y estafado con el dinero que le correspondería.
Al final el marido le descubre cuando sale de su casa y tras una violenta persecución huye y descubre el complot literario contra él. En otro giro sorprendente, es atracado por un trío de barriobajeras. Si debía ser peligroso el Madrid de inicios de los 90 que hasta las punkis robaban a punta de navaja. La experiencia debió de ser tan traumática que Antonio se olvida de que Carmen Maura le ha estado robando millones de pesetas y sigue con ella como si nada. Llegados a este punto me pregunto quién matará a quién, porque está claro que alguien va a morir. Solo un asesinato puede salvar este capítulo.
Mira, al final muere alguien pero por causas naturales, o asesinado de forma indirecta por Maura, según se vea: el marido, al cual le da un infarto cuando descubre, de nuevo, todo el pastel. Acabo de acordarme, ¿qué fue de la novia de Antonio? No se vuelve a interesar por ella. No la recuerda, no le importa, pues él se ha entregado ya al culto del gimnasio y oposita al puesto de ciclado. El giro final es propio de una serie del estilo "La dimensión desconocida" por sus metareferencias, que diría Juan Luis Galiardo. Ah y con respecto a la amistosa colaboración de Imanol y la Obregón, era que no cobraban, pues no salen más de 2 minutos. Alguien debería haberle dicho a la Obregón que no intentara interpretar el papel de Maura, pues quedan patentes sus carencias...
Ojo a los cameos de Massiel y Pedro Almodovar, al cual no sacas hoy en día de la cama por menos de 4000 euros. Los créditos no los comento porque son aterradores. No sé si el pasado era mejor o peor, pero era muy feo. Eso es innegable.
Me quedo con ganas de follar. De la serie no sé si veré otro capítulo o no, pero que sean episodios autoconclusivos ayudará a que, en una aburrida tarde de invierno, le de otra oportunidad.
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