¿Hay algo mas soporifero que la intro de Westworld? Quizá un capitulo de The Walking Dead. No odiaba tanto una banda sonora desde... casi desde nunca. Si la comparas con la de Penny Dreadful ya es para echarse a llorar. Pero no estamos aquí para eso, sino para analizar lo que ha pasado en esta quinta entrega de la serie de la HBO. Y se nota que es de esta cadena de televisión porque ha estado cargado de sexo explícito. Ni en el canal Playboy llegaban a tanto.
Comienza el capítulo con Anthony Hopkins hablando con un buscador de oro viejo sobre un perro viejo que se carga a un gato, imagino que viejo. Vaya metáfora más descarada. No hay que ser Galileo para saber quién es el perro. Habla con el robot porque las personas humanas no soportan su pretenciosidad, en cualquier caso, el robot muestra la misma indiferencia por el asunto del perro que el espectador medio. Yo creo que la motivación tras las modificaciones de los robots es la busqueda de Hopkins por encontrar a alguien que le escuche con atención.
He de ser sincero y decir que no recuerdo gran parte del capítulo por mucha acción que haya habido, sobre todo comparado con los anteriores. Nuestro dúo de turistas favoritos, es un decir, continúan su periplo en busca de El Lazo (¿puede haber nombre más absurdo?), junto a Dolores. Espero el momento en que alguien la llame de una vez Lola porque sufro por el frenillo de los actores gringos cada vez que pronuncian su nombre.
Otro que sigue con lo suyo es el pistolero de negro que, y hasta unos minutos después no se sabe, lleva atado con un lazo a El Lazo, paradojas del parque. Según he entendido, porque tengo la manía de ver las series mientras hago otras cosas, el pistolero negro lo llevaba como bolsa de sangre con patas para salvar a Teddy, lo cual me lleva a pensar que ha vivido antes esa situación en el pasado e iba prevenido ante lo que vendría. Si no, ¿de qué?
En un polvoriento pueblo mejicano, nuestro trío protagonista MMR conoce al fin al misterioso jefe de los forajidos, pero Dolores se mete en una manifestación Pro-vida y se desmaya de la impresión. Despierta en un cubículo de mantenimiento. La lógica me dice que cuando el personal del parque habla con los robots, les despelotan para privarles de cualquier rastro de humanidad que pudieran sugerirles, pero mi corazón sabe que lo hacen para que podamos ver las tetas de las actrices. Brindo por ello.
Lo que sigue es una conversación sobre no recuerdo qué, pero seguro que era muy profunda. Y eso creo que es perjudicial para la serie. Tanta filosofía y tanta disertación, ¿dónde llevan? En la película original, los robots se rebelaban y mataban a todo el mundo. Simple y claro. En la serie, si se llega a ese momento, ¿para qué habrán servido las largas parrafadas y las conversaciones crípticas en las que se dosifica la información al espectador? ¿Tanto rollo solo para asesinar a un puñado de ricachones? Creo que es una serie que solo se podrá valorar justamente cuando esté completa, cuando todos los misterios y los cabos sueltos que importan estén resueltos. Hasta entonces solo queda la confusión y el embrollo ideológico, mejor desarrollado en Matrix.
El episodio deja varias escenas interesantes, como la orgía mexicana con toques de refinada decadencia francesa o el momento en que Dolores se quita un padrastro, un poco desagradable. Pero si por algo será recordado este episodio será por el pepinaco que se gasta un negro que aparece intentando llenar un vaso de agua siguiendo las instrucciones de Tip y Coll. ¡El negro del Whatsapp vive y es actor! ¡Si hubo un momento en que necesitaron un gran angular!
Y para terminar con los momentos memorables, un pelirrojo hace bullying a un pobre chino. En esta ocasión no me quejaré de la presencia de un asiático, una vez más, en una producción americana, porque me da pena que lo ningunee ese hippie hijo del demonio. Además, intenta resucitar a un pájaro, con lo cual debe de ser buena persona.
Para ir terminando, el capítulo resuelve varias pequeñas incógnitas, como el papel del pistolero de negro en la historia o quién está detrás de la incipiente rebelión androide, al tiempo que abre nuevos interrogantes. Nada nuevo en cualquier serie de este siglo, pero sigo sin entender las motivaciones de la mayoría de los personajes. Por qué hacen qué, por qué buscan tal cosa, por qué dudan, por qué parece a veces que cada día se reinicie la historia y otras que todo siga igual.
En mi opinión, están embrollando mucho la madeja y vamos a ver si al final no será imposible de desmadejar. El fantasma de Lost acecha...
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