Mortadelo y Filemón: Dinosaurios

Lo que me gusta de los tebeos de Mortadelo, y en general de cualquiera de aquella época, es que leer algún ejemplar de ellos es como cruzar una puerta a esos años en los que las responsabilidades eran pocas y se veía el mundo como un lugar enorme que explorar con lugares, personas y situaciones por descubrir. Este Dinosaurios, pese a que puede encuadrarse en los álbumes "modernos", por seguir la moda del momento en que se dibujan, no es una excepción. Fue publicado poco antes, o poco después, del éxito de Parque Jurásico. Al menos había algo tan atrayente como son los "lagartos terribles" para parodiar. Ayer fui a un centro comercial y vi que en las nuevas aventuras de los agentes de la TIA, le dedican un álbum entero a los sueldos bajos.

La estructura es clásica, con gags para las entradas secretas, un gag recurrente en otras historias de Ibáñez como el destruir los coches que el Súper se va comprando. Por ser un número antiguo, las referencias escatológicas no están presentes, lo cual se agradece. No encontraremos nada que no hayamos leído ya, de ahí su valor pues, como decía, al leer un Mortadelo no espero encontrar grandes tramas o chistes divertidos, la cumbre se alcanzó con Mundial 76, posiblemente el mejor Mortadelo dedicado a acontecimientos deportivos y una de las grandes historietas de todos los tiempos. Tampoco espero encontrar grandes aventuras, una vez demostrado que es imposible superar "La caja de los 10 cerrojos"; lo que sí que espero, y no me defrauda, es reencontrarme con una cálida habitación a media luz, un sofá mullido, un batido de chocolate y el sonido de la lluvia cayendo en la terraza de mi casa, mientras en otra estancia suenan los ecos de la sintonía de Barrio Sésamo. 

Poco hay que comentar de este "Dinosaurios" dibujado a rebufo de la superproducción de Spielberg. En esta historia no hay ningún parque. Los agentes de la T.I.A. tienen que acabar con los distintos dinosaurios que el hampón de turno utiliza para sembrar el terror y cometer algún crimen que otro. Los reptiles que aparecerán son los más frecuentes de todo el plantel de saurios: Triceratops, T-Rex, Pterodáctilo, Diplodocus... Todo muy típico, como se ve. A ello se le viene a sumar una sucesión de gags clásicos como los relacionados con las entradas secretas, complementados en esta ocasión con las consecuencias de usar las mismas que padece un compañero, enclaustrados en la estructura clásica de las aventuras de Mortadelo de presentación del caso, persecución o castigo por parte del Súper, búsqueda del objetivo en cuestión, fallo en el invento de Bacterio en caso de que hubiera uno o equivocación en su búsqueda, normalmente con un agente de la ley que termina castigando bien a Mortadelo, bien a Filemón, o a ambos y resolución del objetivo con graves perjuicios para los mandamases que termina con una persecución. Esa es la fórmula Ibáñez y parece funcionarle bastante bien. 

En cualquier caso, con este número creo que he llegado a mi límite por una temporada. Está bien volver la vista atrás pero no tanto que al final no veas lo que tienes por delante y te comas una farola.