Por fin un episodio de esta serie que te deja con la boca abierta. Desconozco cuántos capítulos quieren producir de esta serie pero tristemente no creo que tenga un recorrido extenso tras las revelaciones de hoy. Pero comencemos por el principio: no me acuerdo.
En el capítulo anterior dejamos a Dolores y al hombre rubio en un tren con destino al olvido en compañía del contrabandista que se parece a Steve Buscemi antes de descubrir el cristal. Por cierto que nadie puede creer que alguien con ese aspecto pueda llegar a ser el cabecilla de una peligrosa banda de criminales, pero esto es una serie de televisión y todo es posible. Cuando se quedan solos la inocente ex-granjera y el hombre de negocios, Dolores intenta meterle cuello de mala manera, pues no solo se ha liberado mental, sino también sexualmente. El rubio la rechaza amablemente comentándole que tiene novia fuera y que se tendrá que ir en algún momento. Y ahí me quedé meditabundo. ¿Cómo echan a la gente del parque? ¿Le cargan en su cuenta del banco los días que pase de más? ¿Van a buscarle una partida de Rangers y lo enlazan de camino a la salida como si fuera una vaquilla? ¿Y si el cliente no tiene tanta pasta para pagar la deuda? ¿Les ponen a limpiar la arena de los circuitos de los robocs?
Como es natural, ante el desplante, Dolores se marcha desconsolada y tras verla cruzar la puerta, el rubio se lo piensa mejor, va tras ella y descubrimos ¡que está enamorado de ella! ¡Se ha enamorado de un androide! ¡Como el teléfono! No te lo pierdas. A ver, que tiene una sonrisa bonita, pelo sedoso, una estilizada figura y buenas tetas, pero es como si yo ahora me caso con una Thermomix. Que igual algún universitario lo ha hecho ya, o en Japón, sin ir más lejos. Lo que no hayan hecho los nipones... Una vez vi un vídeo con un pulpo... Pero bueno, sigamos con el episodio.
Por supuesto, se la folla. A mi esto de los robots fuckers... Es como meterla en un enchufe. ¿Y si hay algún cable suelto? Porque esa es otra: ¿qué clase de energía es la que mueve a los muñecos estos? Mínimo nuclear. Peor me lo pone. Mejor electrocutado que te brille el pene por las noches con un fulgor verde radiactivo.
Mientras tanto, en el mundo real la joven que el Consejo de la compañía Delos envió para poner orden en el lugar, se está zumbando al forajido roboc cuando la jefa del complejo va a verla. Le abre en pelotas, que por algo es joven y le pide un cigarro. ¿Ves? Esta sí que cumple con lo del cigarrito de después, no como la negra de San Junípero. La joven le lee la cartilla a la jefa y le dice que van a cambiar mucho las cosas en el parque y que van a echar a Anthony Hopkins, pero con cariño, para que no le de por borrar todo el contenido de su disco duro, como hizo Hillary. Que digo yo, no le das un puesto de tanta responsabilidad en una compañía que vales centenares de millones de dólares a una jovenzuela por muchos títulos que tenga, a menos que tenga una batidora en la boca y una aspiradora entre las piernas. En cualquier caso, su plan es echar al ingeniero jefe, y amante de la jefa y para ello monta una prueba en la que hacen creer que la mente de los robots es la de un poligonero a las 4 de la mañana en el aparcamiento de la Skorpia. Para ello abducen a la prostituta sexy, ante la mirada gélida y amenazante de la Madame Negra, cuyo odio por el género humano supura en cada bit de su programación y que ya se perfila como la que se liará a tiros con todo lo que se mueva.
Un chino le pega una paliza a la prostituta guapa ante la mirada atónita del ingeniero jefe y Anthony Hopkins. Siempre hay un chino repartiendo leches. No importa el género del producto audiovisual. En la versión moderna de Romeo y Julieta con Leonardo di Caprio y una partenaire femenina no tan atractiva como para que recordemos su nombre, ocurría también. ¿Y habrá algo más antiviolencia que las obras de Shakespeare? Quitando en las que se lían a navajazos porque solo muestren un rasgo cultural del momento.
De vuelta al tren, es atacado por los Confederados. Nuestros héroes tienen que escapar a caballo, siendo perseguidos por los soldados. Los indios terminan de salvar el día y podemos disfrutar de unos bellos parajes propios del Far West. Con lo que costó el plano del cañón, se graban cinco temporadas de Los Serrano. Así es imposible competir con los americanos. Eso es lo de más interés en el parque. La Madame, a partir de ahora Blackminator, está decidida a dejar el parque y poco más. Lo interesante viene al final.
Si no habías tenido suficiente sexo androináutico, no te lo pierdas: ¡El ingeniero jefe, the black guy, es un robot! Y la jefa del lugar no lo sabía y se lo estaba triscando. Claro, casi vomita cuando se encuentra los planos de la barra de acero toledano que se habrá tragado en las frías noches del desierto. Aparece entonces Hopkins y casi puedo palpar la tensión desde la habitación de mi casa. El consejo no se saldrá con la suya. A un tío que ha hecho de Hannibal Lecter no te lo puedes quitar de encima tan fácilmente, claro. Bernard, joder, justo ahora me acuerdo de su nombre, cuando igual ya no sale más, mata a la jefa de un puñetazo. Frente a su cuerpo sangrante, una máquina se dedica a recrear un nuevo robot. Apuesto a que será un clon suyo... Ahora solo me queda por ver cómo el robot forajido se carga a la niñata del Consejo mientras follan, estilo Instinto Básico.
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