Nada más comenzar nos encontramos con un primer plano de Doc, el más viejo del grupo encargado de las curas, primeros auxilios y las drogas recreativas, advirtiéndonos de que nos encontramos con una ¿película flashback? de Z Nation. Por ello, pensé que quizá me encontraba ante un prólogo, una especie de episodio 0 con el que poder recordar lo que llevamos de trama hasta ahora, toda vez que hace siglos que finalizó la segunda temporada y que estas se hacen muy largas. De hecho, no recordaba ni qué miembros habían sobrevivido del grupo encargado de llevar a Murphy a unas instalaciones del gobierno, ni cual era su objetivo actual. Tras ver el capítulo / película de hora y media de duración, sigo sin saberlo, por lo que creo que nos encontramos ante uno de los primeros casos en los que se inicia una serie con paja para rellenar horas y horas de metraje.
Eso sí, parecen presentarse a los que serán los enemigos principales del grupo cuyos nombres tampoco recuerdo. Sé que están la negra buenorra, la rusa buenorra, la china zombificada buenorra, Murphy, Doc y 10k. Estos tres últimos son los que más me dejaron huella en su día, por muy diversas razones que no expondré aquí.
Aparece The Man, El hombre en mexicano, un tío calvo que exuda confianza en sí mismo, y que trabaja para el Dr. Gang, el cual vive en una mansión rodeado de tías buenas y un muchachito confuso. Este debe capturar a un médico o el presidente de una empresa farmacéutica o algo así. Es destacable el homenaje a Mad Max 2 en el primer tramo del capítulo: una comunidad asediada por alguien que quiere algo que ellos no pueden darle. En lugar de Mel Gibson llegará el grupo protagonista para ayudar a cambio de suministros. Incluso aparece un clon del "feral kid" para calcar una escena de la mencionada película apocalíptica.
Pero en cuanto nuestros héroes llegan al asentamiento, se transmuta en Mad Max meets Los siete magníficos, solo que esta vez toda la gente a la que van a ayudar morirá. El episodio es lento como el demonio y la última media hora tuve que pasarla con el FF. No hay una sola serie de zombis que tenga un ritmo dinámico, mimetizándose este con la parsimonia de los muertos vivientes. Que como metáfora está muy bien, pero hoy día no aguanto yo con el culo sentado en la silla ni diez minutos para ver cómo dos personajes hablan sobre el amor y la pérdida en un mundo en el que te pueden comer los genitales in the bad way.
Z Nation comenzó como una serie cafre de zombis, con un punto de vista fresco y novedoso pero a medida que iba ganando momentum ha querido ser rival de series más "serias" como The Walking Dead. En cualquier caso, lo único que he podido sacar en claro de este episodio es una reflexión que me lleva rondando desde hace tiempo y que con el personaje de The Man, ha explotado en toda su gloria: el concepto de secuaz tras el final de la civilización.
Hemos visto en la temporada pasada que había unos mexicanos encargados de la droga y todo eso de lo que no recuerdo apenas nada, supeditados a una figura autoritaria. Obviamente los secuaces menos capacitados que apenas saben disparar sin remordimientos a inocentes, necesitan de una estructura jerárquica que les proporcione comida y suministros a cambio de sus servicios porque por ellos mismos, por muy salvajes que sean, no tienen la inteligencia o las aptitudes necesarias para sobrevivir por sus medios. Pero, en un mundo en que el dinero no tiene sentido, ¿por qué trabaja "El Hombre" para otras personas? Si no tiene ningún fin ideológico, ni lealtad hacia su contratante, ni necesidad de suministros pues es capaz de conseguir lo que le de la gana. ¿Cómo es posible que el Dr. Gang, un tío que tal y como mueve la mano esta a punto de morir, pueda controlar a gente? Puede tener secuestrados a familiares de sus secuaces, pero ¿cómo? Si no se puede ni levantar de la hamaca. Unos secuaces podrían secuestrar a los familiares de los otros, pero es que... es absurdo, no tiene ni pies ni cabeza.
Muy aburrido tengo que estar para ver el segundo episodio de esta tercera, y espero que última, temporada de Z Nation. Huid como si os persiguiera un zombi dispuesto a devorar vuestras pelotas.
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