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Fiesta de navidad en la oficina


Me gustan las películas que cuentan una historia que tiene lugar en un período muy limitado de tiempo, como El guateque o... bueno, puede que no me gusten tanto o que mi memoria deje mucho que desear. También está La Purga, es verdad, aunque el tono no sea el mismo. Y seguro que alguna más habrá, pero estoy con el mono y no me puedo concentrar demasiado. No toméis drogas, niños. Ni siquiera las legales. O por lo menos no las dejéis.

Esta "Fiesta de Navidad en la oficina", cuyo título provocó un derrame cerebral en quince guionistas que intentaron poner nombre a la película, va de... no os lo váis a creer, en serio que no. Vamos, es que ni os lo imagináis, ¡va del LIFI! y para que la empresa que lo quiere implementar no cierre, montan una fiesta de Navidad para atraer a un gran cliente.

Con el protagonista tengo el mismo dilema que cuando me tengo que enfrentar a la terrible decisión de quién está en pantalla, si Matt Damon o Mark Wahlberg, del que no sé si he escrito bien su nombre, ni me importa. No se parece a ninguno de estos pero si me recuerda a Ewan Mcgregor y este a su vez al protagonista del Joven Indiana Jones. Da igual, podría haber sido cualquiera.

Lo único que puedo decir es que me esperaba más, pero podría haber sido peor. El rizos de Silicon Valley que sale también en Deadpool no tiene tanta presencia como de él se puede esperar pero por suerte hay una chica del Saturday Night Live que salva los muebles. Los chistes y situaciones rocambolescas son de temática variada pero no hay ninguno que destaque sobre los demás ni que sea memorable. De hecho solo recuerdo el de la fuente de hielo antropomórfica de cuyo pene había que beber el champán que se vertía en ella. Supongo que eso dice mucho de la película y de mi sexualidad. Os equivocáis en ambas presunciones. No es que haya mucho chiste verde más, y no creáis que a mí los rabos... hombre, si tienen mucho dinero pues no te voy a decir "de este nabo no beberé", que la situación económica está muy mal, pero por gusto, como que no.

Tras esta apología de la prostitución masculina, solo comentar que la historia se mueve en terrenos tópicos de producciones similares, final feliz incluido, lo cual me lleva a una reflexión. ¿Por qué pocas películas se atreven a romper los clichés del género en el que se encuadran?  Obviamente, cuando se hace una comedia ligera, se busca el buen rollo, unos problemas no demasiado graves a mitad de la cinta que se resuelven con un desenlace amable, porque es lo que se espera de una cinta de este género. Nadie paga para que remuevan sus creencias, aunque sean tan frívolas como las cinematográficas, un ejemplo más de que la economía puede limitar la creatividad. Aunque en ultima instancia todo depende de la educación de un público al que nadie interesa cultivado. También es cierto que debe de haber de todo y que no solo deben tener cabida las historias rompedoras, pero yo he venido aquí a quejarme porque si no, ¿qué voy a comentar, que Jennifer Aniston sigue estando follable aunque tenga 80 años? Pues solo hay que verlo. 

Como curiosidad, me sorprendió encontrar una actriz que se parece muchísimo a Ronnie, profesora de inglés canadiense en uno de los muchos canales de Youtube dedicados a la enseñanza de este idioma. Creo que es un nuevo descubrimiento porque la vi en el tráiler de otra película de próximo estreno. No recuerdo su nombre, solo que es gordita, rubia y un poco... suburbana, por así decirlo. ¿Y esto a qué viene? Pues a rellenar, hombre, que pareces nuevo.
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