Otro nuevo caso de "las secuelas nunca son buenas". Tampoco hay que llegar a tanto pero no supera a la primera, ni siquiera la iguala. Las nuevas aventuras de los mercenarios espaciales del siglo XXI se hacen eternas. Gran parte de culpa la tiene la banda sonora, repleta de canciones lentas y tristes, donde la única que destaca es la que usan en el tráiler, The Chain, de Fleetwood Mac, y ni siquiera es su mejor canción, para mi gusto.
Sobre todo se hace un poco largo el tiempo que pasan en el planeta EGO. Es menos... intensa que su predecesora y además no existe un enemigo propiamente dicho contra el que luchar. El hecho de que sea un planeta no da para que luzca el equipo entero, reduciéndose todo a un enfrentamiento cuerpo a cuerpo contra la personificación del mismo. Por eso quizá meten a los Dorados Paco, nombre por cierto de un chiringuito muy conocido de la costa, a los que robaron al principio de la cinta unas pilas. ¿Existe una excusa más simplona para dar comienzo a una historia? Da igual, sirven como carnaza, como carne de cañón, como masillas que den protagonismo con sus caras aplastadas y sus naves destruidas a los Guardianes de la galaxia. No dan la talla. Es el problema que siempre he visto en todas estas historias de superhéroes en las que se enfrentan a deidades cósmicas y seres de poder inconmensurable. ¿Qué puede hacer el Capitán América contra un tío que caga morteros? ¿Y Ojete de Halcón? ¿Y el Caballero Luna? ¿La Avispa o el Hombre Hormiga? Nada, por eso siempre meten a lacayos de baja categoría que sirvan para que se luzcan los héroes con mallas más mundanos mientras llega Adam Warlock o Supermán a resolver la papeleta. Otro truco que usan es que este tipo de héroes se dedique a mitigar los daños colaterales que causa la lucha e intenten salvar al mayor número de civiles, algo así como Protección Civil con ínfulas, valga la redundancia.
Me acabo de dar cuenta de que he empezado a hablar sin explicar de qué va todo. Todo comienza en 1980, con una versión CGI de Kurt Russell y la madre virgen de Starlord muy acaramelados. Que digo yo, el puto Starlord no empezó a darse cuenta de lo que le rodeaba hasta 1990 así que toda esta nostalgia de los 80 es totalmente artificial. Yo soy dos años mayor que él y a duras penas recuerdo a Espinete, no me jodas.
Resulta que Kurt Russell, aparte de follador intergaláctico es jardinero, y planta algo raro en el sustrato fértil de Montana. Lo suyo es poner semillitas. Debería llamarse Ego, el planeta pollón. Volvemos al presente, o al futuro, o a otra dimensión, en la que los Guardianes están en el planeta Lluvia Dorada defendiendo las baterías de cobre de una bestia procedente de la dimensión Rumana. La pelea se lleva a cabo en un segundo plano mientras aparecen los créditos y vamos siguiendo al pequeño Groot que no deja de bailar. Nada más comenzar nos damos cuenta de la pésima elección musical. Con otra canción hubiera ganado muchísimo, quedando simplemente en una monada, sin más.
Tras acabar con el bicho, vuelven a casa, pero resulta que el mapache ha robado unas baterías y los Dorados Paco les persiguen, derribándoles en un planeta donde son encontrados por Kurt, que se presenta como el padre de Starlord. Al principio no le cree, porque, ¿a quién no le ha pasado que ha ido caminando por la calle y le ha parado un tipo en un Lamborgini Diablo, le ha dicho que era su padre y que le invitaba a su mansión en una isla privada de las Barbados? A mi a todas horas, y todos buscan solo una mamada por 15 euros. Pero vaya, que no es lo que interesa a Ego, porque es Kurt Russell y no le hacen falta esas cosas porque se ha follado hasta a la taquillera.
Se introduce además el personaje del único insecto con tetas al que me tiraría, con el único propósito de hacer chistes, nada más. No yo, sino que el personaje está para que la Bomba Batista pueda hacer gracietas sobre ella.
Luego está la historia del tío de The Walkind Dead, que resulta que no era malo. Stallone sale haciendo de Juez Dredd, por cierto. Creo que dobla la boca más de lo normal en un ejercicio de autoparodia muy respetable. En resumidas cuentas, Ego se ha ido tirando a todo lo que ha podido para ver si le salía un hijo en condiciones. Resulta que Yondu se los iba llevando y cuando veía que no tenían poderes los mataba. Cuando se dio cuenta, se quedó con Starlord, un noble gesto por su parte y curioso que Ego no le persiguiera para pedirle explicaciones, pero bueno.
Resulta que Starlord sí que puede manejar el semen cósmico de su padre pero es una idea tan asquerosa que se niega a dominar el universo junto a él. Y mucho menos cuando le confiesa que él mató a su madre. ¿Por qué? Es un planeta que la mete hasta en los círculos de humo, su lógica está más allá de la nuestra. Aparecen como decía los Dorados Paco, batalla chusta, con poca épica, previsible y al final Yondu se sacrifica y todos contentos.
Los cameos corren a cargo de The Hoff y Stan Lee. Su escena con los Vigilantes me ha dejado muy loco porque estaba hablando de otro cameo que hizo, esta vez en Civil War, haciendo de mensajero de Fedex, Federal Express dice en la escena. Le volveremos a ver en una de las cinco escenas, ¡cinco!, poscréditos. Aparte de él, veremos a Stallone montando un equipo de ¿saqueadores? ¿piratas? que no sé qué recorrido audiovisual tendrá, y la creación de Adam Warlock por parte de la Reina de los Dorados Paco.
Una cosa que me gustaría destacar es el chiste del Zune. Me parece muy bueno aunque no todos los entenderán. Zune fue el "iPod killer" de Microsoft, o al menos es lo que pretendía ser. Fue uno de los mayores fiascos de la empresa de Redmond. Se vendio menos que el Kinect, lo cual es mucho decir. Kinect, para mí, uno de los accesorios más infravalorados de la industria de los videojuegos.
En resumidas cuentas, película prescindible, olvidable y poco revisitable. A menos que te gusten los brillos, que entonces te puedes masturbar a gusto.
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