El capítulo de presentación del Dr. Smith no fue gran cosa, pero al menos tenía cierta emotividad y terminaba con un avance de lo que veríamos en el resto de la temporada, que te dejaba con ganas de subirte a la Tardis para poder ver todos los capítulos seguidos. Sin embargo, la aparición estelar del primer doctor "escocés" no me ha podido dejar más indiferente, con la aparición de un dinosaurio gigante sacrificado en post de la espectacularidad más vacía y carente de sentido, y un enemigo al que le falta pegada.
Lo peor es que parece que han encontrado una sustituta a la doctora River Song, de cuya muerte nos enteramos al final de la temporada anterior, de la cual estuvo ausente de manera totalmente incomprensible e inexplicable, como lo fue también su deceso, del que apenas se dice nada. Veremos en qué deriva el tema de la nueva compañera sentimental del doctor, que se introduce al final del episodio, recibiendo en una especie de paraíso al robot que quería ser humano.
Imagino que tendrá un ataque de celos de Clara, pues este capítulo no es más que la lucha interior de la "companion" por encontrarle el puntillo al nuevo rostro de su amado doctor para poder follarse a un viejo sin que le entre la paranoia de estar protagonizando un vídeo de Brazzers. Sinceramente, el rollo sentimental del Doctor con las terráqueas con las que viaja no lo entiendo. ¿Se las quiere follar? ¿Solo busca que le adulen? ¿Busca ayuda pero que al menos le alegre la vista con un buen par de tetas o una cara bonita? No le culpo, pero vaya, descoloca un poco y sirve apenas para crear situaciones incómodas, especialmente exacerbadas durante la época Pond.
Imagino que estas preguntas recibieran su respuesta en alguno de los miles de episodios anteriores que no he visto y que espero que Netflix añada a su catálogo. Mientras tanto, han pasado cuatro meses, que se dice pronto, desde que terminé este primer capítulo de la temporada 8 y no he sido capaz de animarme a ver el siguiente. Bastante sintomático, a mi juicio.
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