Hace unos cuatro años vi en Youtube un fragmento de una entrevista que Jimmy Fallon había hecho a Bradley Cooper. Para finalizarla, ambos se colocaron sendas pelucas afro y comenzaron a hacer "air guitar" al ritmo que marcaba la banda del programa. Sorprendió a todos la solvencia y buen hacer del actor, que parecía un profesional de la música aunque no tenía ni idea de tocar la guitarra. Aquello era una prueba para una idea que tenía en mente. Así que tras comprobar que daba el pego, pasó los siguientes años aprendiendo a tocar, además de dar clases de canto para prepararse para su ópera prima como director: "Ha nacido una estrella".
Todas las horas que pasó estudiando han merecido la pena pues si algo destaca en el filme es la vena artística y el talento desconocido de Cooper, al que se le presuponía poco más que ser guapo y saber leer. Otra de las grandes sorpresas, aparte del desgaste físico de Andrew Dice Clay (Ford Farlain, para los despistados), que hace de padre de Lady Gaga, es la actuación de esta, bastante creíble pese a estar despojada de su habitual máscara de maquillaje. Quizá verla tal y como es, algo inédito hasta ahora, ayuda a que se presente como alguien natural, una mujer como cualquier otra que te podrías encontrar comprando el pan.
Aunque si tuviera que quedarme con algo, sería con su soberbia banda sonora, gracias a la cual la primera parte del metraje alcanza cotas sublimes de emoción. Salvando una historia sosa y predecible que no habría pasado de telefilme de fin de semana alemán, tal y como se puede comprobar en una segunda parte desprovista de gran parte de la música, con gran carga interpretativa pero lenta e innecesaria como una colonoscopia rutinaria.
Me parece del todo increíble que se trate del segundo remake de una historia tan sencilla como un chicle: chica de vida anodina conoce a chico superestrella con problemas con la bebida que consigue sacar todo su talento y meterle todo el suyo. Al final ella termina por ser más famosa que él y como no ha podido dejar la botella y la está poniendo en ridículo y perjudicando en su carrera y puesto que la quiere tanto, pues va y spoiler. A ver, el final se ve venir como un tren en un túnel estrecho pero no es plan de destripar nada.
En resumen, comprad la banda sonora, o descargáosla si no tenéis corazón; y si vais a ver la película, comprobad que tenga el mejor sistema de sonido posible. Con unos simples altavoces estéreo, por muy grandes que sean, se queda coja.
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