Contacta con nosotros en : veranodeldescontento@gmail.com

Parásitos


Ya imaginaba que el éxito del film de Bong Joon-Ho era artificial y producto de la geopolítica actual más que de la excelencia. Tras ver la película, he de decir que no me equivocaba. No me parece mala, eso lo quiero dejar claro, pero, a mi juicio, no es merecedora de ser la primera película extranjera en ganar el Óscar en dicha categoría, lo que me pareció acertado, y la de Mejor Película.
Nos encontramos ante una historia previsible en sus líneas maestras. Ya antes de que el hijo coloque a la hermana, sabemos que toda la familia pobre terminará al servicio de la familia rica. En un momento dado creí que me encontraba ante un nuevo caso de "Los Simpsons lo predijeron", con aquel capítulo en que unos feriantes okupaban la casa de la familia más famosa de Springfield. De hecho, pensé que eso mismo iba a pasar cuando la hija pidió las escrituras de la casa, algo que luego no tiene la menor importancia en la trama. Me pregunto si fue algo que exploraron en los primeros estadios de la escritura del guión y que luego olvidaron quitar. 

Pero no, cuando los dueños ricos se marchan de excursión quedando la familia pobre al cargo, el giro de guión es otro. Uno muy pobre. Siendo una película coreana imaginaba que en el sótano habría un demonio o un bicho asqueroso que se los comería a todos, pero no, es solo el marido, tirillas, de la antigua criada, que acude a la mansión para darle de comer, que se escondía en el bunker familiar para evadir a sus acreedores y que no le cortaran la cabeza como un miserable murciélago de Wuhan.

A partir de este descubrimiento, la situación en la casa se descontrola y desciende al caos más absoluto, derivando en una orgía de muerte y destrucción que se ve venir como un tren extremeño en lontananza. Encima hay que tragarse el epílogo innecesario que resuelve la poco sorpresiva espantada del padre, que hace hincapié en una relación paterno-filial ausente en todo el metraje.

No descarto haberme vuelto más estúpido debido al humo que escapa de las chimeneas permanentemente y que se cuela por mis ventanas, pero no logro entender el éxito de Parásitos, ni tampoco el título, ya que estamos. Este hubiera tenido sentido si el señor del bunker hubiera estado robando comida, pero la criada confesó que ella pagaba de su bolsillo todo. Incluso la familia pobre, que se vale de engaños, trabaja por su manutención. No viven a su costa. Parásitos son los que se acomodan en la casa del Conde Rostov a cuenta del hijo en Guerra y Paz. ¿Pero qué se puede achacar a los pobres? ¿Que se han tenido que inventar unos nombres para poder trabajar? ¿Eso es parasitismo? 

El mensaje social que se puede extraer de la historia es que los ricos no deben quejarse del mal olor de los pobres porque igual estos un día se enfadan y les apuñalan en el corazón con saña; o bien que los ricos son imbéciles que se dejan engañar por el primero que pasa; que no vivas nunca en un sótano porque igual se te inunda o que el enchufismo es una opción laboral como cualquier otra, motivo por el cual ha tenido la cinta tanta repercusión en España.

Da igual. Ni siquiera entraré en incongruencias como la escena en que el niño apunta en su libreta el mensaje en morse que el hombre del bunker forma con las luces, y que no sirve para nada.  Estar esas dos horas frente a la pantalla ha sido una de las experiencias más pesadas de mi vida, y eso que vi El árbol de la vida.

En fin, los premios que se ha llevado esta película no son más que una bofetada para aquellos que aún pensaban que los galardones premian la calidad en lugar de ser meros instrumentos publicitarios de las manos fuertes del mercado. Toy Story 4 apoya este mensaje.
Comparte este artículo :

Publicar un comentario

 
Support : Creating Website | Johny Template | Mas Template
Copyright © 2011. La cultura.. ¡Qué locura! - All Rights Reserved
Template Created by Creating Website Published by Mas Template
Proudly powered by Blogger