La NASA, la ESA y la aquella... (tenía que hacerlo), los chinos, los indios y los rusos, resuelven enviar una misión tripulada al planeta rojo con un miembro de cada país, para así conseguir una audiencia planetaria. Este es el mayor componente de ciencia ficción de la serie porque antes vemos al cohete lepero llegar al sol de noche que un acuerdo similar en nuestra aburrida, e igualmente serializada, realidad.
Como los chinos han puesto una morterada de dinero sobre la mesa, será su representante la primera taikonauta, que es como llaman en Malasaña a los astronautas, que pise suelo marciano. Aquí viene el segundo elemento de ciencia ficción: es inverosimil el que un país que hasta hace dos días tiraba, literalmente, a la basura a las niñas, envíe como su representante a una fémina, y encima lesbiana, que lejos de cubrir cuota, yo creo que lo han metido para dar chicha a la trama ya que, para ser sinceros, sería un coñazo si no hubiera problemas, y tampoco vas a estar toda la temporada con fallos en la nave, aunque al final lo hacen, que se le rompen hasta los preservativos, porque si no, ¿de qué iban a tratar los capítulos?
- Dimitri, creo que me he cagado encima.
- Tranquila Xu Lin, aquí a eso lo llamamos: un día normal. (cartel de crédito de Larry David. Escrito la verdad es que queda muy deslucido)
Bajo esta premisa de dar contenido a la historia, se añade la familia de la comandante de la misión, cuyo marido está parapléjico y la hija está enamorada de un ultracatólico que lo primero que hace es llevarla a misa.
Además, se dan las pinceladas de un trío que posteriormente desarrollan en un hipotético cuadrilátero y que terminará por explotar en la segunda temporada, toda vez que han llegado a Marte en el último episodio y con algo más tienen que rellenar. A nadie le pillará de sorpresa el spoiler, como el hecho de que resuelvan todos los problemas técnicos; lo único que se va a romper sin solución es el matrimonio de Million Dollar Baby.
Un elemento divertido es la elección de la tripulación, desde la mencionada china lesbiana al único ruso que llora. Por parte de la Unión Europea, no podrían haber escogido mejor: un inmigrante de Ghana, judio y del Reino Unido, que la última vez que lo miré no pertenecía a la UE, claro que eso fue ayer. No podía haber mejor definición de la palabra: decadencia, en un diccionario.
La serie consta de diez capítulos, haciéndose la primera mitad algo pesada. Además, los que odian los flashbacks personales padecerán varios de ellos, con los que explican la actitud de tal o cual personaje ante una determinada situación actual. Aun así, se deja ver si estás haciendo otra cosa.
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