Tras un fundido a negro, saltamos a la actualidad, donde una mujer se despierta sobresaltada. No sabemos si ha soñado con el hombre prehistórico o si es una forma de decirnos que el virus que amenaza a los hijos de Putin viene del pasado, quizá desenterrado del permafrost que se derrite a causa del cambio climático. Hasta aquí llegan los finos dedos de Soros.
Me gustan ver series de más allá de las fronteras americanas, incluso españolas, porque los yanquis las fabrican con moldes y plantillas, y por muy buena que esté una McExtreme Bacon, comerla todos los días a todas horas cansa. Es de agradecer una mirada fresca sobre los temas de ayer y hoy, y este drama sobre una epidemia que asola al mundo, o al menos a los rusos por lo que sabemos, me vino recomendada por su alejamiento de los clichés sobados por los americanos, aunque visto este primer capítulo, no difiere demasiado en su esqueleto de otras propuestas vistas anteriormente. Obviamente cambian los personajes y sus personalidades, propias del alma eslava. Está el autista calentorro, la adolescente cosaca, hija de Andropov, millonario y cincuentón, e hijastra de una stripper embarazada; de otro núcleo familiar, podremos conocer a la Despechada y su hijo Antolín, además de la Pesadillas, madre del autista y pareja actual del protagonista, Artyom, que no es su verdadero nombre pero para recordarlo estoy a estas horas. Ah, también aparece su padre, Old Putin, un viejo matemático que va con escopeta a todas partes. Claro que eso no es nada, porque hasta el autista parece Rambo cuando se hace con un kalashnikov para salvar a su amada Cosaca, que mata al violador con las tijeras con las que la semana pasada le pinchaba los condones a su padre.
El episodio peca de medir mal los tiempos. Aunque es algo complicado, solo hay que echar un vistazo por la ventana; hace casi un año del supuesto primer caso de Covid19 y todavía estamos a meses del apocalipsis. En la serie, en apenas 24 horas pasamos de ver al primer infectado al intento de violación de la Stripper por parte de soldados renegados.
Como episodio introductorio se hace un poco pesado, aunque conforme pasan los minutos la acción se acelera. El siguiente promete. En este no ocurre demasiado, apenas se presentan a los personajes, estalla la pandemia, se cae Internet con tan solo mirarlo y estalla el caos porque, igual es que los rusos son así, de mecha corta. Los personajes se juntan para marcharse a la cabaña en el lago de Old Putin, que está donde Gorbachov perdió la peluca, a saber cómo llegan, y en invierno nada menos. Buen detalle el del youtuber anunciando el fin del mundo y aun así, pidiendo like y suscribe, perfilando con trazo fino a toda una generación de pusilánimes que no aguantan no salir de bares ni unos meses.
Ah, para los habitantes de la península ibérica, está doblada a español sudamericano, por lo cual la única opción en caso de que te resulte extraño, es verla en ruso con subtítulos.
Publicar un comentario