Contacta con nosotros en : veranodeldescontento@gmail.com

Hacia el lago 1x02 - Confianza ciega


Vaya jugarreta. En el episodio anterior parecía que los soldados que habían ido a vengar la muerte de su compañero, iban a matar a Artyom y la Pesadillas, que se habían entretenido discutiendo porque el hombre se había ido a buscar a su hijo, y la ex venía de regalo, siendo además más alta que ella. Pues resulta que no, que los soldados se han equivocado de pueblo y matan a dos pobres desgraciados que también tenían un camión aparcado en su calle, casualidades de la vida, como el que usó Artyom para rescatar a su familia del Moscú confinado.

La Despechada no quiere ayudar a nadie. No me extraña, pasó de su madre como de la mierda cuando esta acudió a su piso, porque estaba infectada. Ella va a vivir a costa de lo que sea, de su hijo si hace falta, que para algo el padre es gilipollas. Arty recibe palos por todas partes.

Antes de marcharse de la casa, Antolín monta una escena porque quiere ir en el coche de su padre. La tensión porque les pillen los soldados es tanta que terminas insultando al pobre niño, que al final se sale con la suya y consigue que su padre vuelva al antiguo núcleo familiar, algo que le sienta como una patada en la Glasnost a la Pesadillas, que a partir de entonces se quiere hacer notar para que no le roben a su hombre. Se avecina una pelea de gatas, como diría el gran Héctor del Mar. Aquí todo el mundo tiene un carácter fuerte, no hay ningún pusilánime, si acaso el protagonista sea el personaje más débil. 

Una vez listos, se echan a la carretera. Suerte que no nieva, por cierto, porque estarían impracticables. De todas formas, como algo tiene que pasar para que no parezca que la serie la dirige Tarkovsky, el coche de la Pesadillas se estropea porque Arty le echó gasolina de verano. Que no sabía que hubiera combustible estacional, y eso que he vivido en Canadá, que en frío no tiene nada que envidiar a las estepas rusas. Claro que de la gasolina se encargaba la gasolinera. Nunca usé una lata.

Mientras todo esto acontece, los soldados llegan al fin a la casa correcta y descubren a su camarada más frío que el culo de un oso polar y el iPad de Andropov encendido. Todo correcto. Ya saben quién es el asesino y qué coche lleva.

Mientras tanto, el millonetis no está muy de acuerdo con el plan. El lago está en Karelia, a mil jodidas millas de la eternidad, y Old Putin tiene una tos muy mala, así que aprovechando una excusa, deja tirados al resto del grupo y se da la vuelta.

Como en la fábula griega, la vejiga de la Stripper evita que los soldados los capturen, pero se quedan con el coche. No contentos con esto, persiguen a la familia en el bosque, pero a uno de ellos se le inflan las gónadas y mata al líder y al que le fue con el cuento de lo que ocurrió en la casa. Como ya han echado el día, se vuelven para la base.

Se agradece que no hayan usado el viejo truco de una llamada inoportuna al walkie talkie, que Andropov usa para engañar de nuevo al grupo y que vayan a por ellos. Pero a un grupo al que pertenece la Despechada no lo van a engañar dos veces, y tras un roce con la Pesadillas, que se veía venir, los llevan a una gasolinera a que se las apañen.

La gasolinera está llena de gente pero el gasolinero no quiere vender más, total, ¿para qué? Los billetes ya no valen. Entre la muchedumbre hay un pavo con gafas de sol, que ya son ganas porque son las 23 horas. Va de guay y termina apuñalado en el suelo, como una noche cualquiera en el aparcamiento del Skorpia. Salen todos corriendo pensando que está infectado y se queda la familia Andropov, que convence con ¿dinero? ¿En serio? al gasolinero para que les deje entrar. Ah, bueno, lo que quería era trajinarse a la Cosaca, los papeles eran una excusa. Increíblemente, ante la negativa de esta, saca una escopeta y los echa, en lugar de obligarles a hacer una orgía, qué se yo. Claro que eso no se puede enseñar en la tele pero este tipo de situaciones pecan de muy irreales.

Más tarde le pagarán el gesto robándoles los suministros porque a Artyom, que es un blandengue, le pesa la conciencia y va a por ellos. El capítulo acaba con una plegaria religiosa junto a alguien a quien escuchan por la radio.

Comparte este artículo :

Publicar un comentario

Pages (19)1234567 Siguiente
 
Support : Creating Website | Johny Template | Mas Template
Copyright © 2011. La cultura.. ¡Qué locura! - All Rights Reserved
Template Created by Creating Website Published by Mas Template
Proudly powered by Blogger