La secuela del Hombre Araña nos lleva en un casposo viaje por los distintos países europeos más emblemáticos para los Estadounidenses: Italia, por la pizza, Francia, por la Tour Eiffel y Londres, por ser padre putativo del engendro surgido de las trece colonias. Semejante "tour" ya se vio en los 80 con las peripecias de Chevy Chase, entre otras, y más recientemente en Gigoló 2, de Rob Schneider. En este tipo de películas de viajes en los que los americanos nos visitan con la condescendencia propia de quien ha creído salvarte de dos guerras mundiales y de empezar una tercera, somos su parque temático particular: una atracción gigantesca donde los granjeros de Ohio pueden ligar con esas frescas europeas que hacen topless en la playa y les encanta fumar (guiño, guiño. Spoiler: es mentira).
Pero Peter Parker no tiene interés en plantar el mástil de su bandera en los fértiles campos europeos, sino que pretende declararse a Mary Jane al final del viaje, mientras que su amigo cae en las redes de la rubia de turno que no tarda ni 24 horas en hacerle modificar su vestuario. ¿He oído machismo por ahí?
La trama secundaria va de un pavo con una pecera en la cabeza que lucha contra seres formados por los cuatro elementos y que dice venir de la Tierra 800 y algo, en la que Zara se fusionó con el Capitán Pescanova y creó una línea de ropa para marineros con estilo. Su nombre, Misterio, es un chiste porque a los, literalmente, 2 segundos de aparecer en pantalla se quita el casco. Bravo por el realismo.
Aparte de eso, Tony Stark, antes de fenecer, le legó a Spidey unas gafas con las que controla muchos satélites y drones asesinos, pero como es un chaval con más ganas de mojar el churro en chocolate que de defender el planeta, se las da al primero que pasa, que resulta ser...¡Misterio!, que con las vicisitudes que acontecen, se descubre que es un ex-trabajador cabreado de Industrias Stark que encabeza un grupo de enojados trabajadores y que le ayudan a recrear con hologramas a los bichos elementales, más falsos que el liderazgo de la Capitana Marvel, para ganarse la confianza de la gente y... qué se yo, dinero. No me acuerdo de la motivación que tenían. Si Stark estaba muerto... Eso sí, debía tener unas condiciones que ni una fábrica de deportivas en Camboya. Ninguno de los que trabajaban en su empresa estaba contento.
En cualquier caso, Peter, con ayuda de MJ, descubre el pastel y cuando va a acudir a Nick Fury, que estaba por ahí dando por saco con su parche de pirata, es interceptado por Misterio que le infla a hostias con ayuda de las proyecciones de los hologramas que ahora puede emitir gracias a los drones que Parker le cedió. Este recibe un severo correctivo y acaba atropellado por un tren.
Tras recibir la ayuda de Happy, guardaespaldas de Tony y que está liado con la Tía May porque está buena y hay que sacarla en pantalla algunos minutos, Spiderman va a Londres a confrontar a Misterio, lo mata y fin. Entre medias, mucho humor para niños, con slapstick y paisajes europeos típicos de cualquier postal.
Tras ver la cinta me surgen varias dudas: ¿sobrevivió la Tía May al chasquido de Thanos? Hablando de lo cual, creo que nadie ha comentado que si el Thanos del pasado viajó al futuro y murió, no pudo ir al futuro anterior a Infinity War y matar a la mitad del universo... ¡paradoja! aunque, claro, alguien me dirá: Tierra 30 y tantos.
Dejo para el final la escena poscréditos, ¡badam tchuss! Me parece sorprendente que un hecho tan relevante como que se descubra la identidad secreta de SpiderMan se relegue a estos minutos en los que la gente está más pendiente de no pisar un chicle al salir, colocarse el paquete o apagar el Celtas. ¿Están desenmascarando a Peter Parker para que alguien se lo cargue próximamente y coja el testigo Morales? No me extrañaría nada.
En resumidas cuentas, dos horas perdidas de mi vida que podría haber aprovechado en algo más fructífero como sacarme la cera de los oídos.
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