Esta Superman Red Son es la respuesta a qué hubiera pasado si la nave de Kal-El se hubiera estrellado en la tundra siberiana o los campos de trigo de Ucrania, durante la Guerra Fría. Obviamente, hubiera sido criado bajo el comunismo y le hubieran inculcado los valores revolucionarios. Quizá por eso el dibujo parece estar hecho por esclavos norcoreanos; el doblaje no le va a la zaga en cutrez. Es duro de escuchar, claro que culpo en parte al aspecto visual, porque poner sonido a unos poliedros unidos por ordenador y que quede medianamente creíble es una tarea imposible.
Por motivos que nunca sabremos, la URSS desvela al mundo la existencia del Soviet Superman, en lugar de guardárselo para ellos en caso de que los americanos se pongan bravos. Esto hace que Lex Luthor lance un satélite contra Metrópolis para comprobar si no es más que un truco de propaganda, o es verdad que existe un alienígena rojo. Vete a saber por qué, Superman salva la ciudad. ¿Por qué le dejan? ¿Cómo es posible que permitan a Superman viajar solo al decadente occidente, cuando Stalin purgó incluso a los soldados que tomaron Berlín? Because tienen algo que contar.
En Metrópolis conoce a Lois Lane, mujer por cierto del calvo con más mala leche desde el del Sorteo de Navidad, que te tiraba purpurina a los ojos solo por verte llorar. Esta le da un dossier en el que se detallan los crímenes del Tío Joe contra su propio pueblo. Escandalizado, Superman se dirige a un campo de internamiento, bajo tierra y cubierto de plomo, punto para Stalin, donde encuentra un pueblo de esclavos obligados a picar piedra. Casualidades de la vida, allí está encerrada su amiga de juventud, Lana, o Svetlana mejor dicho, que muere en sus brazos al alba.
No está como unas castañuelas Kal-El, que tras ir a pedirle cuentas a Stalin, termina por achicharrarle como malvavisco en fogata de campamento. Por fin el comunismo podrá decir que tiene un verdadero hombre de acero al frente. Su primera tarea es acabar con la división de Corea, luego, destruye un muro de Berlín construido por los aliados para que los decrépitos capitalistas no vean el esplendor de la civilización soviética bajo la nueva administración, aunque esto no está suficientemente explicado, solo podemos inferirlo de las imágenes de las opulentas ciudades soviéticas.
Mientras tanto, en ese paraíso de la libertad llamado Estados Unidos, donde cualquier cosa vale para que puedan seguir conduciendo sus grandes coches a bajo precio, Luthor ha creado un clon del superhéroe con el material genético extraído del viejo satélite que estuvo a punto de costarle un disgusto. Por aquello de que hay que probarlo todo, lo envía a atacar a Superman, porque nada dice: Let´s play Global Thermonuclear War como atacar al Presidente de tu país enemigo.
El clon no es rival para el héroe de la capa, y termina explotando por sobrecarga. Aunque sabe que Luthor está tras el ataque no va a por él, lo que aprovecha el genio maligno para putearlo todo lo posible a lo largo del tiempo. Es inexplicable que ponga en peligro las vidas de sus ciudadanos por no pegarle dos tortas a Luthor, que encima es el agresor. No sé, no me lo explico. Es un gran fallo que tarde o temprano pagará, aunque no será cuando los americanos descubran una nave Green Lantern y le den el anillo de su tripulante a Hal Jordan. Con este, forman un ejército que está a punto de derrotar a Superman hasta que interviene Wonder Woman, feminista radical que piensa que la fuente del mal es el hombre. Por ello, hasta el papo que está de los tíos, pues ya previamente fue secuestrada por un Batman terrorista, los deja allí con sus movidas y se marcha de la Tierra para siempre. Superman, cabreado por haber perdido un polvo seguro, acaba con los hombres de Jordan.
Al final, Brainiac, que había sido supuestamente reprogramado para hacer de Roomba por Superman tras enfrentarse con él, se rebela y amenaza la Tierra, con lo cual el hombre de acero tendrá que unir fuerzas con un Luthorzord reluciente. También te digo, puede inventar un exoesqueleto de titanio o un clon extraterrestre pero no un crecepelo. Tras salvar el planeta, Superman se hace el muerto y Luthor, antes de retirarse de la vida pública, hace un discurso de la victoria tan patético y centrado en la propaganda americana que me da que los guionistas no han tenido en cuenta el escenario donde lo desarrollan.
El aspecto político de la historia, que debería tratarse en profundidad, es ridículo y confuso. Parece que no quieran mostrar los avances que Superman ha logrado porque eso sería como ensalzar al comunismo, aunque para alcanzar tal nivel debieran estar dirigidos por un semidiós. Superman ha acabado con la pobreza en la Unión Soviética, sus ciudadanos tienen trabajo, todas sus necesidades cubiertas y no parece que para esto haya habido que realizar muchos actos deleznables. ¿Que algunos asesinos son reprogramados? pues mejor eso que ponerlos en celdas toda la vida. ¿Por qué entonces se rebela al final el pueblo soviético? No puede ansiar bienes materiales porque tienen más y mejor que los americanos con sus ciudades repletas de vagabundos y la economía por los suelos tras el dispendio de Luthor buscando acabar con su némesis. No tiene ni pies ni cabeza que estén contra él. Batman es un vulgar terrorista al que intentan otorgar un discurso pro-libertad que no se sostiene porque en la URSS todos son libres, lo que les jode es que mande un extranjero. Batman racista... siempre lo sospeché.
En definitiva, una historia frívola, sin profundidad que solo encantará a los seguidores del personaje.
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