El autor desgrana su particular teoría de por qué vamos a perder esta guerra, toda vez que escribo desde un país OTAN susceptible de ser "nukeado", centrándose más en consideraciones religiosas y sociales, principalmente los modelos familiares, su especialidad, que económicas. Todd vive a caballo entre el mundo que creíamos que existía, con sus supuestas reglas y los procesos lógicos que acarrean y la verdad descarnada de la existencia: la lección de que los más fuertes prevalecen y que las ideas no han pintado nada en la historia de la humanidad, solo el ánimo de lucro de unos pocos, el llamado "libre mercado". Los distintos capítulos describen la situación de los diversos contendientes en esta guerra final del orden mundial actual y cómo han llegado ahí. Una lectura muy interesante de la que no recuerdo más porque iba leyendo en el tren y no sabes lo que distrae alguien que no deja de abanicarse con un folleto de Indra.
Como resumen, en mi humilde opinión, acierta en el diagnóstico pero yerra un poco en las causas. Para las soluciones ya es demasiado tarde. Solo nos queda permanecer sentados junto al río esperando a que el cadáver de los Estados Unidos pase flotando delante de nosotros, como hacen los chinos. Lo que estos no esperan es que, como en sus películas de acción, el cadáver abra de pronto los ojos, saque una navaja de la faltriquera y le abra el estómago de un tajo certero. Pero eso es otra historia que quizá nunca llegue a ser contada. Lo veremos antes de quince años.
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