
Como decía, es hora de empezar a construir, antes de la predecible "destrucción" final de la próxima película, y la historia de orígenes de la Capitana Marvel ha sido la elegida para ello, haciéndola pilar central de los Vengadores con la aparición en la cinta del Teseracto, la piedra del infinito que lo empezó todo y el propio nombre de Vengadores, apodo de piloto de Carol Danvers, entre otras cosas. Que vengan con estas historias una década, UNA DÉCADA, después, suena a burla y mucho me temo que la broma final venga con Endgame donde puede que se eche por tierra el legado de casi 20 películas; algo, por cierto, que ya ocurrió con Star Wars, también de Disney.
Que nadie busque aquí debates absurdos sobre feminismo o empoderamiento porque es lo de menos. Lo que me molesta, o puedo entender que moleste a los fans de toda la vida, es que han estado acudiendo religiosamente al cine durante estos años siguiendo la historia y realizando conjeturas de todo tipo, para que todo se defina en el último momento de una forma circunstancial para darle importancia artificiosamente a un personaje que hasta ahora no existía para edificar sobre ella futuros desarrollos cinematográficos.
Sobre la película, si no formara parte del MCU o hubiera aparecido en los primeros años del mismo, hubiera salido mejor parada pues es entretenida y se deja ver mucho mejor que el pestiño de Black Panther. Estamos ante la enésima historia de orígenes con dos novedades: se nos cuenta el pasado de Carol Danvers antes de conseguir sus poderes a través de flashbacks y no hay una némesis clara a la que combatir. Sí, están los skrulls y los acusadores pero no son más que la excusa para que se muestren los poderes de una heroína que no tiene oposición. Los acusadores, en cuanto les parten una nave en dos, salen por patas; los Kree no aguantan ni media hostia y los Skrulls... A ver, yo creo que soy de los pocos a los que no le pareció mal el trato que le dieron al Mandarín en Ironman 3. Cierto es que perdieron la oportunidad de tener un villano con recorrido en el MCU pero no había necesidad de ello. Al fin y al cabo, no volvió a haber una película de Ironman donde pudiera haber vuelto. Es lo que le falta al MCU, un enemigo que sea común a varios héroes cuando estos aparecen en solitario. Los Skrulls podrían haber sido esos enemigos pero resulta que a mitad del metraje los sustituyen por namekianos sirios que solo buscan un hogar donde vivir. Adiós a la saga de Invasión Secreta o el SuperSkrull en caso de que quisieran resucitar a los Cuatro Fantásticos. Prefirieron el mensaje político al interés empresarial, algo que pagarán en el futuro.
Poco más que contar, ambientación noventera forzada que te tiran a la cara de forma grosera en cuanto tienen oportunidad, una banda sonora mediocre, un Furia rejuvenecido que se lleva todo el presupuesto para CGI, un homenaje a Stan Lee para ponerse en pie, lo mejor de la película y la sensación de vacío ante un producto hecho con la vista puesta en rellenar varias casillas de un formulario de policorrectismo en lugar de contar una historia. Algo bueno que creí reconocer, y no sé si está hecho a posta o no, son los homenajes a películas de los 90, desde Terminator 2 a Independence Day. Quiero pensar que la escena de Radio Shack es un homenaje al virus en el ordenador alienígena de la película de Emmerich.
En un mes se estrenará Vengadores: Endgame, si la Capitana Marvel resulta ser pieza indispensable en la resolución del conflicto, nos encontraremos ante la mayor tomadura de pelo desde los nuevos episodios de Star Wars.
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