La primera temporada de las aventuras de uno de los miembros de la dinastía Belmont en su eterna lucha contra el señor de la noche me dejó bastante frío. La animación era pobre y carente de detalles, algo ya tristemente asumido en la productos animados del siglo XXI; la historia era lenta como el diablo y los diálogos escasos y propios de quinceañeros endiosados por haber descubierto las obras completas de J.K. Rowling.
De la segunda no tenía muchas esperanzas, y no me ha defraudado. La mayor sorpresa es que descubrimos que Drácula tiene generales vampiro esparcidos por todo el planeta, a los cuales ha mandado llamar para organizar su sangriento plan de exterminar a la raza humana. A ver, hay que alargar la serie todo lo posible. Además, hay un par de humanos que odian a su propia especie y que se dedican a revivir a los monstruos del ejército del rey vampiro. Este tiene un plan sencillo como una tiza: matar a todos los humanos, pero entre sus seguidores hay discrepancias al respecto porque sin humanos, no hay comida, al menos comida deliciosa, que siempre se pueden beber la sangre de los animales, con un bouquet muy pobre, como señala el vampiro vikingo que ronda por los salones del castillo. A Drácula se la suda todo o le han puesto una capa de plomo porque no levanta cabeza, está como deprimido. Es una de las cosas que no logro entender. La otra es por qué Alucard le tiene tanta tirria a su padre. Que vaya a asesinar a los seres humanos no me parece motivo suficiente. Que es tu padre, hombre. Y tu madre a saber lo que hubiera dicho, que igual estaba de acuerdo. Y si no lo hubiera estado en vida, tras convertirse en churrasco seguro que hubiera cambiado de opinión. Pero bueno, hay una serie que terminar y no se iban a andar con motivaciones más profundas, como un complejo de Edipo no resuelto o una ambición por el poder que ostenta su padre de manera más o menos limitada, porque no veremos en todos los capítulos una sola muestra de la grandeza de Drácula, ni siquiera en la pelea final.
Los primeros episodios son para los que gusten de suicidarse por desidia. Yo opté por dejarlos puestos en la TV mientras miraba por la ventana el más entretenido devenir de una bolsa del supermercado que luchaba contra los titánicos vientos que trataban de alejarla de mi patio. Los episodios de presentación son lo peor de la narrativa actual y no podía ser menos aquí. Sirven para perfilar la ambición feminista de Camilla, que no quiere estar al mando de ningún "white old man" y por ello traiciona a su jefe, lanzando su propio ataque contra el castillo, que es interrumpido por los protagonistas, que en 8 capítulos han ido a la casa derruida de los Belmont y han encontrado un hechizo de teletransporte para trasladar el castillo a su posición. Ocho por 20 minutos que dura un capítulo medio da un total de 160 minutos. 2 horas y 40 minutos para llegar a la casa y teletransportar el castillo. Con los episodios finales te puedes terminar de suicidar si te has bebido un bote de lejía y piensas que está actuando lento. Por cierto, este es un blog legal y por ello os conmino sinceramente a que no penséis en quitaros la vida. No vale la pena. Tampoco veáis esta serie, eso también os lo digo.
Al final Alucard mata a su padre y queda Camilla como antagonista de una tercera temporada que va a ver el que asó la manteca, porque lo que es servidor, se apea de este decepcionante carro cuyo único destino es el más vasto aburrimiento.
Castlevania - Temporada 2
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